martes, 9 de febrero de 2021

LA MAGIA DEL AMOR


Lo primero que llega a nuestra mente, cuando hablamos de amor, son las distintas relaciones de parejas que experimentamos a lo largo de nuestras vidas.

Toda la maquinaria audiovisual, nos ha entrenado en creer que solo existe el amor manifestado entre dos. A primera vista o a primera pensada, es lo que llega a nuestros pensamientos; más tarde, recordamos que existen otras manifestaciones del amor: hacia nosotros mismos o amor propio, hacia nuestra familia, hacia lo que hacemos, hacia la naturaleza y así podría seguir enumerando las infinitas manifestaciones del amor.

El amor es, la fuerza que mueve el mundo, lo que nos mueve a todos, el amor es la magia que sale de tus fosas nasales mientras disfrutas esta lectura.

Estamos empeñados en creer que el amor es algo que esta fuera de nosotros; y cuando despertamos consciencia, nos enfocamos en querer adentrarnos en nosotros mismos para ir a buscarlo. El amor no esta fuera, ni esta dentro, es que, nosotros somos el amor.

Entenderlo es realmente complicado; pues, como vamos a ser amor, quienes nos consideramos pecadores desde que nacemos, ¿de verdad, soy amor?, especialmente cuando pienso tan mal de aquella vecina tan pesada. Y yo que me he divorciado tres veces, ¿cómo soy amor?, ¿será que soy un amor incomprendido?.

Ahora no es primordial responder esas preguntas, lo primordial es invitarte a que observes eso que te ocurre, por muy desagradable que te parezca, a mirarlo desde otra óptica. Te aseguro que el ejercicio te mostrara el amor en una forma de manifestación no común.

El amor no se termina, solo cambian las resonancias que existen entre los involucrados, cuando las emociones y los sentimientos, intervienen y asumen el protagonismo, limitan la comprensión de los que ocurre, aquí valdría la pena cuestionarse ¿para qué vivimos esos horribles momentos?. Pues para recordar que, no somos, eso que experimentamos.

Una amiga me contaba con lágrimas en los ojos: “...aquella mañana despedí a mi esposo, sin saber que no lo volvería a ver, un terrible accidente me lo quitó después de treinta años de feliz matrimonio...”

Otra amiga me expresó: “siento que no compartí lo suficiente con mi madre, me faltó decirle lo mucho que la quería, en su lecho de muerte...”

En todos estos casos, el amor es el protagonista, nos acostumbramos a cuantificar todo, y creemos que el amor se cuantifica, eso comienza con esa horrible pregunta: ¿cuánto me quieres? De aquí a la luna, mucho, hasta el infinito, estas son, una de las tantas respuestas que llegan a mi mente.

El amor es, cada instante que vivimos, es la energía que le ponemos a cada acción, en la construcción de nuestra historia. Y la construimos con ladrillos de alegrías, otros de tristezas y desolación, otros de amargura o soledad, y en cada uno hay sentimientos y emociones, son nuestros juicios, los que permitirán la represión o expresión de ellos.

El amor también, es la capacidad ser benevolentes con nosotros mismos, de darnos la oportunidad una y otra vez.

El amor continuó en los hijos que quedaron de ese matrimonio de treinta años, también aflora en cada recuerdo de esa madre que ya no esta en físico, pero se expresa en la ética, valores y comportamientos que caracterizan a esa hija que aún un la extraña.

Es así, somos amor, somos la manifestación humana de esa energía también conocida como: chispa divina, nos hace conscientes  y nos transforma al nuevo SER.

El amor es una fuente inagotable que siempre se expresa de infinitas maneras, solo tenemos que afinar nuestras miradas. Un divorcio es desagradable, pero permite el reencuentro consigo mismo, entonces, el amor es una magia. Magia que nos motiva a reír cada día, también llorar, nos permite sentirnos solitarios en algunos momentos para valorar lo rico que es andar acompañados.

Desconocemos que tan salada es el agua, hasta que tomamos agua dulce. Cierro citando a Weiss Brain, de su libro: Solo el amor es real;  por cierto es el mismo autor de: Muchas vidas, Muchos Sabios.

“Sólo el amor es real.

El amor es una energía de increíble poder y fuerza.

Todos estamos hechos de esa energía.

El amor es algo absoluto.

El amor no termina nunca, no se detiene nunca.

La forma más pura es el amor incondicional, el que no espera nada a cambio. Escuchemos nuestras intuiciones y no dejemos que nuestros miedos influyan en los murmullos de nuestro corazón.

Vivamos la libertad de amar sin reprimirnos, sin reservas, sin condiciones.

No tengamos miedo.

Somos inmortales, espíritus eternos y somos siempre amados.

De hecho, somos amor.”

Gracias, por regalarte estos minutos para leer.

¡Te dejo un abrazo cuántico de Luz!

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Contigo siempre,

Mary Quintana

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