martes, 23 de junio de 2020

Lo que fuí es lo que SOY

Lo que fuí, es lo que SOY

Todo lo experimentado a lo largo de mi existencia, en cada nueva vida, es lo que Soy.



En realidad Somos toda la porción del Universo que somos capaces de percibir e interpretar de nuestra particular y única manera. 


El cuerpo físico es una donación de la Madre Tierra, de nuestro planeta, depositada progresivamente a través de nuestra alimentación como si de una construcción se tratase sobre un hipotético plano energético que es nuestro patrón de diseño y que la Medicina Tradicional China llama cuerpo energético. Este depósito de material planetario es reconvertido para su uso en nuestro ser físico, comenzando este proceso a partir del útero materno, continuandose en el uso de nuestra alimentación para el crecimiento y remodelándose y, por lo tanto, cambiando de aspecto a lo largo de nuestro ciclo vital.

La consabida frase, que a todos nos han dicho alguna vez, de polvo eres y en polvo te convertirás no es más que un recordatorio de esta realidad. Somos seres espirituales que "vivimos" en el reino de nuestra mente. Y, a través de un balcón en dicha mente, nos asomamos a una perspectiva del Cosmos que llamamos existencia. Somos seres energéticos del Cosmos que hemos anidado en nuestra  Madre Tierra echando raices, y estas raices están constituidas por nuestro cuerpo físico, pero poseemos del mismo modo, un tallo con ramas, una porción aérea, energética, serían nuestro cuerpo astral y nuestro cuerpo mental dependientes en su formación de las vivencias efectuadas en nuestro ciclo existencial planetario.

Nuestro cuerpo energético, aquel a través del cual se infunde vida y forma a nuestro cuerpo físico, al final de nuestra existencia abandona al mismo, con lo que acontece el proceso de la muerte, tras el cual el material planetario es reciclado de nuevo y reintegrado a la Madre Tierra.
En todo esto hay una unidad, una cadena de eslabones engarzados coherentemente. Y es esta: La materia evoluciona en función de una serie de procesos físicos y químicos, pero estas reacciones físicas químicas no tendrían lugar si no estuvieran animadas por un principio energético. Este principio es la manifestación a partir de la cual el espíritu o principio inamovible tiene la posibilidad de evolucionar, de moverse. Luego. la inerte materia se desarrolla por la función físico química, de forma análoga a como el espíritu se desarrolla a partir del principio energético. Cuando el hombre adquiere la capacidad para comprender las leyes que unen el eslabón de la física y la química con el principio energético vital humano, habrá obtenido una pista a partir de la cual su mente se puede deslizar comprendiendo, desde sus porciones mas materiales, hasta sus porciones más místicas y espirituales. Pués desde la estructura molecular de aminoácido hasta el espíritu, en el ser humano existe una unidad desarrollada en varios estados o nivels de forma análoga a como la estructura molecular de lo que denominamos agua se puede manifestar de forma sólida como hielo, líquida o gaseosa, dependiendo de las leyes físico químicas y energéticas que se establezcan en el entorno en ese momento determinado.





El humano posee igualmente varios niveles manifestativos. Ya hemos hablado de la manifestación planetaria o cuerpo físico como raíz, a la que le seguiría el principio energético o aéreo que estaría constituido por el tallo y las hojas del Ser.
Este principio energético, en el hombre podría estructurarse en tres compartimentos diferentes, inter penetrados de forma digamos virtual desde la raiz, cuyo contenido serían formas estructuradas de energía conciencia. Estas formas estructuradas son tres compartimentos energéticos llamados cuerpo vital, astral y mental.

A lo largo de la experiencia existencial el hombre, en la elaboración de su cotidiano pensar y sentir, va formando ladrillos de núcleos de energía pensamiento-sentimiento de diversos niveles vibracionales que depositados de forma organizada constituyen los cuerpos energéticos de la conciencia humana. Estos cuerpos se van construyendo progresivamente, y cada uno tiene un nivel vibracional donde los ladrillos de la conciencia se van depositando en función de esa afinidad vibracional.

El nivel más cercano vibracionalmente al cuerpo físico o raíz sería el cuerpo etérico, que alberga información conciencia que atañe a nuestro diseño y remodelación física, y donde se organiza la energía que anima la funcionalidad del cuerpo físico desde su perspectiva más puramente vital. Recoge ladrillos de conciencia trabajados por los chakras inferiores principalmente.

El segundo nivel es el cuerpo astral. Este establece su percepción del universo como manifestación dual. Organiza energía conciencia que percibe el entorno y lo interpreta emocionalmente: se identifica con él si le agrada o no se identifica con él si le desagrada. La construccion del ladrillo es pues emocional y se hace a partir de sensaciones, juicios y elecciones basadas normalmente en preconceptos culturales o vivenciales anteriores. La interpretacion astral o emocional de la vida obligará casi necesariamente a tomar partido a la mente humana, sumergiendo al hombre en un mundo de lucha activa y continua entre facciones contrarias que lo sumergirán en multitud de ocasiones en paradojas psíquicas a la búsqueda de un permanente equilibrio. El cuerpo astral está construido por los ladrillos emocionales fabricados principalmnte por los chakras medios, estando estos muy relacionados con el ego humano.

El tercer compartimento corresponde por analogía a las ramas del cuerpo mental, donde los ladrillos de la conciencia se fabrican en un proceso de integración de la vivencia aparentemente dicotomizada de lo astral. Percibe el entorno como una unidad integral. La conciencia mental superior trabaja en la percepción, la observación y la comprensión, y deja que cada cosa evolucione por si misma. lejos de la lucha de facciones, comprende e integra cada perspectiva y acerca al hombre al no hacer haciendo de la filosofía taoista. La estructura energética del cuerpo mental está trabajada por los chakras superiores principalmente.

Estos tres cuerpos energéticos inter penetran polidimensionalmente el cuerpo material o físico y constituyen su forma psiquica o psicoforma. El sistema Chakras a modo de corchete, los une como un anclaje integrador y una zona de tránsito donde las energías fluyen continuamente.

Niveles de conciencia del hombre: El siete como fragmentador de un universo en octavas.

El ser humano percibe un universo fragmentado en siete niveles o bandas de frecuencia vibracionales. Así captamos siete colores, componemos melodías con siete notas y empaquetamos nuestro tiempo en ciclos de siete días. Esto no es casualidad, pués el tiempo cósmico podría concebirse como las unidades de tiempo determinadas por los ciclos naturales. Estos ciclos, fragmentados de siete en siete, también tienen un reflejo en la anatomía humana. 

La unidad de conciencia colectiva humana se divide en siete niveles, en los que cada uno de ellos está regido por un chakra principal que se constituye en el cerebro energético que organiza la conciencia energética de las células y órganos incluidos en su ámbito de influencia.

En el próximo artículo, el 23 de julio, hablaremos de cada uno de los chakras en profundidad.
                              
                               Pilar Lluch (sacerdotisa de la escuela de Isis)
                              -Extracto del curso de Sabiduría Egipcia impartido por Hector O. Gambís

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