DE LAS GANAS DE CONTINUAR

En ocasiones nos ponemos a caminar pensando que es lo mejor para nosotros. Sin duda es bueno no estar estático, pero deberíamos saber parar de vez en cuando y recapitular lo que está aconteciendo.
Muchas veces nos encontramos con un camino bastante tortuoso, lleno de impedimentos que
solemos interpretar como "mala suerte". Seguro que a muchos de nosotros nos suena bastante la
expresión de “a perro flaco todo son pulgas”. Parece que nos venga al pelo cuando nos referimos a
problemas o situaciones que entran en nuestra vida y que nos hace sentir "mártires". ¿Otra vez me toca a mí?

Bueno, no sé si es la mejor forma de verlo, pero es la que a mí me está sirviendo para continuar en la
dirección que estimo oportuna. Los problemas aparecen en nuestras vidas para indicar que algo no
funciona. Me equivoqué de camino. ¿Cuánto tiempo tardaré en reaccionar?

EL NÚMERO DE PROBLEMAS ES PROPORCIONAL AL TIEMPO QUE EMPLEAMOS EN ANDAR POR DONDE NO DEBERÍAMOS.

Parece simple esta operación y realmente lo es. Lo único que nos hace falta para enfrentarnos al
cambio, es VER esa señal. Que alguien me lo diga, no me sirve. Cada uno DEBE sentir que por ahí no va bien. Cuando eres capaz de acontecer una misión de ese calibre, os daréis cuenta de que la vida nos vuelve a poner señales para guiarnos. De ahí que siempre se diga que cuando una puerta se cierra,
otra se abre. Una verdad como un templo, siempre que sigas con ganas de continuar.

Motivación: Afrontar un cambio personal es una tarea muy complicada, pero los resultados son
asombrosamente rápidos. Y creedme si os digo que cuando más resultados, más cómodos os sentís con el cambio. Te nace desde el fondo de tu alma. Es darle a tu corazón ese reconocimiento, devolverle su entrega y saber que no es por él, es por ti. Él lo hace por ti, quiere acompañarte en tu viaje y nos sentimos motivados al tenerlo de compañero de fatigas.

Un digno compañero.

Revisión:
Conviene que afrontemos la vida con la certeza de que todo es un juego de ondas. La Vida en una
frecuencia y nosotros en otra. Parte del juego consiste en adaptar la frecuencia, resintonizar nuestra radio interior y tratar de adaptarnos a una onda más grande para que ésta nos absorba y nos lleve en ella, en lugar de luchar por sobrevivir a nuestra pequeña y limitada onda.